Un día,
en Órzola había un chinijo llamado Carlos que iba a casa de su abuela a
almorzar, su abuela estaba haciendo sancocho con jareas. De repente apareció en
la cocina una coruja con un burgado en la boca.
Al día siguiente,
cocinó la abuela con el chinijo, haciendo una peya de color canelo, para acompañar al
queso fresco y a la sopa que había hecho la abuela el día anterior.
Carlos
por la tarde fue a la finca a recoger arvejas y su abuelo le enseñó a guindar
en la aljibe.
Cuando llegaron
por la tarde a casa de su abuela, Carlos vió a un chinijo jugando al boliche y
quiso jugar con él.
Por la
noche ya muy cansados todos, la abuela le hizo a Carlos una rala de queso y
gofio.
Carlos no
tenía sueño y pidió a la abuela que le leyera un cuento, se lo contó y se
durmió antes de que terminara de leerlo.
CAROLINA- 5º A
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